Hace tiempo que no entiendo absolutamente nada.
Estoy ansiosa por algo que parece no llegar nunca, o que ha llegado y me desagrada de una manera sobrenatural (también es probable), y soy totalmente incapaz de distinguir entre si me la están clavando vilmente por la espalda, o si llevo yo misma una carga demasiado pesada. Creo, no obstante, que hay personas minuciosamente diseñadas para oler la inseguridad del prójimo, así como para explotarla con comentarios y actitudes de lo más hirientes. Paradójicamente estos sujetos suelen ser aun más inseguros, si cabe, aunque ellos no lo reconozcan y tú nunca llegues a apreciarlo. No tenéis constancia de ello, pero ambos estáis compuestos de la misma mierda y os desesperáis y agobiáis por las mismas gilipolleces de siempre.
Sin embargo, lo que más me joroba no es esta situación que aparece cuando menos te lo esperas, no. Es el hecho de tener que medir mis palabras para no provocar una hecatombe a nivel casi planetario.
Hoy me siento terriblemente identificada con el prota de
Traje azul italiano de mierda. Aunque también con Enid, como siempre. Pero estoy prácticamente segura de que leer las historietas de Clowes en estas circunstancias (
de mierda) tampoco es que sirva de gran ayuda. Me chiflan, por supuesto, pero dejan en mi una sensación de vacío, pérdida e incertidumbre difíciles de explicar. Es increíble la empatía que puedo llegar a sentir con los personajes de una ficción.
Oh, por Dios. Voy a salir